26/06/2024 01:04:51 PM
26/06/2024 01:04:51 PM

El PSOE celebra el décimo aniversario de Felipe VI con una puñalada a la Corona nunca vista

Este miércoles se conmemora el décimo aniversario de la coronación de Felipe VI como Rey. Una década de una operación política, institucional y constitucional quirúrgica que protagonizaron Juan Carlos I, Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba.

Hoy, diez años después, el PSOE de Pedro Sánchez es radicalmente distinto al partido que legó el recordado dirigente socialista fallecido prematuramente.

 

También con la Corona, Pedro Sánchez ha cruzado todas las líneas rojas de sus antecesores en Ferraz y Moncloa. La última prueba de ello se produjo la pasada semana cuando Sánchez no frenó una iniciativa en el Parlamento de Navarra en la que el PSN firmó junto a Bildu una declaración que califica de «corrupta» a la Monarquía.

En concrero, los socialistas aprobaron el jueves en el Parlamento de Navarra una moción cuya exposición de motivos presenta a la Monarquía como una institución «corrupta» e incompatible con la democracia. La moción, que muestra su «firme compromiso con los valores republicanos», salió adelante con el apoyo del PSOE, BilduGeroa Bai (la marca navarra del PNV) y la coalición Contigo-Zurekin (integrada por Podemos, IU y los Verdes), impulsora de la iniciativa.

 

Pedro Sánchez, en un acto en el Palacio Real, saludando a la Princesa Leonor.

 

Sánchez no se lo ha puesto nada fácil al Rey desde su llegada a la Moncloa. Si no es no provocó una crisis institucional sin precedentes y las sucesivas elecciones y bloqueos obligaron a Zarzuela a improvisar. Ha protagonizado un desplante tras otro, con groseros fallos de protocolo y permitiendo auténticas cacerías parlamentarias de sus socios de la coalición Frankenstein.

Le ha obligado a apagar los incendios creados por el Gobierno, el último limando asperezas con el presidente argentino Javier Milei. Ha puesto sobre la mesa del Jefe del Estado una bomba de relojería para la Corona como es la firma de la ley de amnistía. Y ha congelado -a la vista de las compañías de Frankenstein– la Ley de la Corona que debería impulsar el reinado de futuro de la Princesa Leonor.